10/15/2006

 

TEMA 3: LA SOCIEDAD DE CLASES Y EL MOVIMIENTO OBRERO

Ya hemos visto que una de las grandes transformaciones que se vive en los países industrializados es la desaparición de la sociedad estamental y su sustitución por la sociedad de clases. Se trata de un cambio trascendental. Grupos sociales hasta entonces muy poderosos, como la nobleza y el clero, pierden sus privilegios, otros como la burguesía, ya existente, irrumpen con una posición dominante e imponen sus valores. También los trabajadores industriales, ya con conciencia de la situación de dominación y explotación a la que están sometidos, se convierten en una clase social, la clase obrera, que combatirá el nuevo orden. En ese sentido será fundamental la organización del denominado movimiento obrero.

1. Origen y desarrollo de la sociedad de clases

En el Antiguo Régimen la sociedad estaba organizada en estamentos, grupos cerrados a los que se pertenecía por nacimiento. No era posible pasar de uno a otro. En cambio, con la Revolución Industrial la burguesía rompió ese modelo pues ahora lo que prima no es el origen sino el nivel de riqueza adquirido, o dicho en otros términos, la posesión o no de los medios de producción (tierras, fábricas…). La antigua nobleza y el clero no pudo conservar sus privilegios (ley diferente, exención de impuestos…) y tuvo que adaptarse al nuevo orden social dominado por la burguesía y su ideología liberal que defiende la igualdad de todos los hombres ante la ley, es decir, la supresión de cualquier privilegio legal. De otra parte, como resultado de la extensión de la industria en las ciudades, trabajando en ellas, surge un grupo nuevo de trabajadores y obreros industriales. No poseen los medios de producción y aportan su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Este grupo social acabará constituyendo el proletariado industrial.

2. Los comienzos del movimiento obrero

La burguesía pronto toma las riendas del poder político y con ello pasan a aplicarse políticas de liberalismo económico que se fundamentan en la no intervención del Estado en la economía. De este modo, la burguesía, propietaria de las industrias, pudo disponer sin apenas controles de la masa de trabajadores a la que, para aumentar la productividad y su beneficio, sometió a condiciones de trabajo abusivas que, en términos generales, podemos resumir en las siguientes:

Trabajo infantil: el trabajo de los niños era especialmente apreciado en las minas. Mientras los hijos de la burguesía y clases medias empezaba ya a acceder a la educación, los hijos de los trabajadores, en cambio, no lo hacían.

Jornadas laborales larguísimas: no había en un principio legislación laboral que pusiera límite a las jornadas de trabajo. Por ejemplo, no estaba regulado el descanso semanal ni las vacaciones. Tampoco se cumplían mínimas condiciones de higiene.

Ausencia de cualquier protección social: no había ni seguro de enfermedad ni de despido (despido libre). Tampoco se contemplaba la posibilidad de jubilarse cobrando pensión alguna.

Salarios insuficientes: al ser tanta la mano de obra (éxodo rural), los salarios tendieron a ser bajos. No obstante, a finales del siglo XIX, los obreros aumentaron ligeramente su poder adquisitivo o de compra, al menos en Inglaterra, EE.UU., Alemania…

Prohibición de asociarse: el liberalismo económico propugnaba una relación bilateral individual entre trabajador y empresario. De este modo el empresario se aseguraba una situación de fortaleza. No sólo se prohibía la constitución de sindicatos, sino también la huelga como medio de presión.

A principios del siglo XIX, en Inglaterra, los obreros reaccionaron. La primera manifestación fue el ludismo, que defendía la destrucción de las máquinas, a las que atribuía el empeoramiento de las condiciones de trabajo. Pero este movimiento fracasó por su carácter espontáneo y opuesto al progreso.

Ya en la década de los treinta y los cuarenta, en Francia principalmente, algunos pensadores defendieron formas de organización social que de alguna manera eliminasen la propiedad privada de los medios de producción y favoreciese una relación armónica, no de conflicto, entre capitalistas y obreros. El conjunto de estas corrientes recibió el nombre de socialismo utópico (Proudhon, Fourier…), por lo difícil o imposible de llevarlas a la práctica.

En términos generales, las distintas corrientes del socialismo utópico tenían en común su oposición al capitalismo y defendían la intervención del Estado en la economía:

Fourier: proponía una nueva sociedad basada en cooperativas de producción denominadas falansterios, donde los obreros vivieran y trabajasen conforme a reglas impuestas por ellos mismos.

Owen: defendía el cooperativismo para la industria. Los propios trabajadores la gestionaban y la dotaban de ciertos servicios como economatos, escuelas para los hijos de los trabajadores…

En Gran Bretaña el movimiento obrero, tras el fracaso del ludismo, adoptó un frente político y sindical. Desde el punto de vista político, los obreros se organizaron en sindicatos por sectores productivos (Trade Unions). Desde el punto de vista político, la lucha fue canalizada por el cartismo. Reclamaba el sufragio universal y secreto para todos los hombres (varones).

3. La plenitud del movimiento obrero: marxismo y anarquismo

A mediados del siglo XIX la extensión de la revolución industrial por Europa y América coincidió con el fortalecimiento de la reacción de defensa o lucha de los trabajadores frente a la explotación capitalista. Podemos ya hablar de un verdadero sindicalismo, aunque en muchos países los sindicatos siguieron prohibidos. Más avances se produjeron en el ámbito del pensamiento. Surgieron dos nuevas ideologías revolucionarias que pretendían acabar con el capitalismo: el marxismo y el anarquismo.

3.1 Marxismo

Es una teoría política y económica basada en el pensamiento de Engels y Marx. Su desarrollo más completo se encuentra en la obra El Capital (Marx). El marxismo se opone tanto al capitalismo como a la sociedad de clases. Cree que la explotación de los trabajadores (clase obrera) por los capitalistas (burguesía) puede superarse a través de la lucha de clases. La clase obrera, con conciencia de su situación de explotación sufrida y organizada, podrá derrotar a la burguesía, provocar su desaparición y conquistar el poder (dictadura del proletariado). En ese momento se podría suprimir el capitalismo (supresión de la propiedad privada de los medios de producción) y colectivizar los medios de producción. De este modo se transformaría totalmente la sociedad y ya no habría clases sociales.

El socialismo marxista fue la base de la organización de la Primera Internacional o Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) fundada en los años sesenta del siglo XIX. Agrupaba a las principales organizaciones obreras a nivel mundial. Pero pronto surgieron diferencias con el anarquismo de Bakunin y tuvo que disolverse (años setenta). La Segunda Internacional fundada a finales de los ochenta también sufrió la diferencia entre socialistas marxistas y anarquistas. Finalmente se acabó expulsando a estos últimos. No obstante, la II Internacional sufrió nuevas diferencias con motivo de la posición de los partidos y los sindicatos socialistas ante el inicio de la Primera Guerra Mundial entre quienes mantenían la ortodoxia internacionalista y quienes aceptaban apoyar la guerra y a sus gobiernos.

3.2 El anarquismo

En parte arranca de las aportaciones utópicas de Proudhon pero es el ruso Bakunin quien sistematiza la ideología. Tiene en común con el marxismo su oposición al capitalismo y la defensa de los intereses obreros.

El anarquismo se opone a cualquier forma de gobierno pues se considera que, cualquiera que sea quien lo ejerza, coacciona. Defiende una radical libertad del individuo, la desaparición de toda autoridad y la supresión de la propiedad privada, incluso de los de consumo. Su organización social ideal es la comuna, agrupaciones libres de personas que se autoabastecerían y sin propiedad privada. Tampoco creían en el Estado por lo que, aunque circunstancialmente aceptasen la organización en sindicatos, no así en partidos políticos. Ni se presentaban a las elecciones y en éstas, normalmente, propugnan la abstención.

Los anarquistas defendieron diversos métodos para lograr sus fines, entre ellos, algunos apoyaron el uso de la violencia (terrorismo). Fueron célebres algunos magnicidios perpetrados por anarquistas que tenían como objetivos jefes de estado, de gobierno, miembros de la jerarquía de la Iglesia… En el ámbito social, los anarquistas pusieron especial esmero en la defensa de la igualdad entre sexos y la educación.

CONSULTAS SUGERIDAS EN INTERNET

Wikipedia: ludismo
Wikipedia: socialismo utópico
Wikipedia: anarquismo
Wikipedia: socialismo
Primera Internacional Obrera
Segunda Internacional Obrera


Comments:
muchisimas gracias me ha servido de muchisimo pero podrias añadirle algo mas no.De todas maneras esta genial.Se agradece la info...
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?